
Este cuento comienza así…
-Mamá, ¿por qué grita la gente cuando se enfada?
-Bueno, en realidad hay muchos motivos: porque pierden la calma, porque no saben cómo controlarse… pero sobre todo se gritan porque se alejan.
-¿Cómo? No entiendo eso de que se alejan. Si al que le gritas lo tienes al lado -respondió la niña extrañada.
-Sí, es verdad, sus cuerpos están uno al lado del otro, pero sus corazones en ese momento están lejos. Y cuanto más enfadados estén, más distancia habrá entre sus corazones, y por eso necesitarán gritarse cada vez más fuerte.
-Vaya… -contestó la niña.
-Pero también puede ocurrir lo contrario.
-¿Lo contrario?
-Sí, claro. Si te fijas, cuando dos personas están enamoradas, cuando se quieren, normalmente se hablan de una forma muy suave porque en este caso sus corazones están muy cerca, la distancia entre ellos es muy pequeña.
La niña abrazó a la madre.
-Por eso hay que tener cuidado cuando discutimos con alguien. No hay que dejar crecer la ira, pues puede llegar un momento en que la distancia entre los corazones sea tan grande que no haya forma de volver.
Adaptación de antiguo cuento popular.
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>> Cuentos para entender el mundo 3